Existen muchas versiones que relatan el origen de los burritos, un plato ultra popular que es a la vez taco, almuerzo, remedio de resaca desayuno y punto de inflexión culinario entre México y Estados Unidos.
Una de las historias más extendidas sobre el burrito cuenta que estos nacieron en Ciudad Juárez, Chihuahua durante la Revolución Mexicana. Su invento se achaca a Juan Méndez, un cocinero que cruzaba en burro el Río Grande para vender comida a la gente que trabajaba en el campo en el lado estadounidense de la frontera. Durante la travesía, se dice, Méndez envolvía los guisos en una gran tortilla de harina para mantenerla caliente.
En la década de los sesenta, el burrito cobró popularidad en el sur de Estados Unidos, convirtiéndose en una plato icónico del restaurante The Mission en San Francisco, donde se preparaba con arroz, frijoles, carne, queso y pico de gallo, envueltos en una tortilla de harina blindada por un trozo de papel aluminio.
Otra versión cuenta que los burritos son primos hermanos de los ‘cocitos’, un término acuñado en Yucatán —registrado en el Diccionario de mexicanismos desde 1842— que se refiere a “una tortilla que envuelve carne y otros ingredientes” y a la que en el centro del país se le llama ‘taco’.
La versión compuesta con tortilla de harina, carne deshebrada con chile, salsa y frijoles es una de las populares en el norte del país.